Flameado

Proceso del flameado

El flameado consiste en un tratamiento térmico a alta temperatura de la superficie de rocas graníticas o mármoles, aplicando sucesivas pasadas de una llama con 45º de inclinación, mediante mecheros, sencillos o múltiples, de oxiacetileno que consiguen unos 2.800 ºC. El flameado se suele aplicar a tablas de piedras procedentes de los telares, que pasan por la mesa en la que se aplica este proceso a las caras superiores. El flameado solamente se aplica a grandes superficies, no a bordes ni ángulos. El flameado al paso de la llama sobre las superficies planas de las tablas serradas, produce un shock térmico en los minerales, que decrepitan y se desprenden finas esquirlas y lajillas de los cristales.

Aspecto proporcionado por el flameado

El resultado obtenido por el flameado es una superficie con cierto relieve, rugosa, algo craterizada y vítrea, que proporciona un aspecto rústico a la piedra, aunque sin cambio apreciable de color ni presencia de manchas o restos que denoten el tratamiento. Con el flameado se consigue así mismo, un aumento en la estabilidad de la cara a la alteración química atmosférica. No es corriente aplicar el proceso del flameado a mármoles como el rojo alicante, negro marquina, crema marfil, etc.