Abujardado

Proceso del abujardado

El abujardado es una antigua forma de tratamiento superficial de todos los materiales pétreos para revestimientos de exteriores y otros trabajos artesanales y uno de los efectuados manualmente más utilizados. El abujardado también se conoce por labrado. En el abujardado la superficie de la roca, previamente aplanada se golpea repetidamente con un martillo (bujarda) con una o dos cabezas de acero que contienen pequeños dientes piramidales. Hoy en día todavía se utiliza la bujarda manual, para conseguir el acabado abujardado aunque la más empleadas son las maquinas neumáticas, bien sencillas o automáticas, en las que las cabezas se van desplazando sobre la superficie de la roca, hasta conseguir el acabado abujardado deseado. El aburjardado se emplea frecuentemente en pavimentos exteriores por su característica de antideslizante.

Aspecto proporcionado por el abujardado

En el abujardado la superficie tratada presenta pequeños cráteres de 1 -3 mm de profundidad y anchura uniformemente repartidos, que aclaran el tono general de la roca. El tamaño y densidad del punteado depende, además de la fuerza empleada ya sea gruesa, media o fina. En bujardas manuales se suelen emplear cabezas de 16-36 y de 49-64 dientes (dos muy utilizadas son las de 25 y 49 dientes). En cabezas neumáticas se suelen emplear de 8 o de 25 dientes.